Oculta tras un muro de madera y frondosa vegetación, la casita es una suerte de quincho para reuniones de gabinete con choripán. Y también para los cumpleaños y fiestas de funcionarios, como el director de Espacios Verdes.
Le dicen La Escondida con justicia, porque es casi invisible. En una de las partes más arboladas del Parque Tres de Febrero, detrás de un muro de troncos de palmera y cercada por un laguito artificial, es una casita que dice poco, con una entrada modesta. Pero observando un poco se ve el plato de DirecTV, los splits y la parrilla, y se entiende por qué el edificio es una suerte de gabinete paralelo del gobierno porteño, un lugar para reuniones distendidas y sin teléfono. Debe ser muy agradable, porque el PRO terminó transformando La Escondida en una casa de fiestas para sus funcionarios.
Por ejemplo, el viernes 7 de mayo el dueño de casa, el director general de Espacios Verdes, Luis Brian Lehmann, hizo ahí un “after hour + choripaty party” para festejar su cumpleaños.