martes, 6 de abril de 2010

Macri sigue (des)haciendo escuela Informe especial Por I. Schargrodsky y D. Martino

Miradas al Sur realizó un balance de las políticas de Mauricio Macri en dos de las principales carteras de la Ciudad. Recortes presupuestarios y denuncias por “censura ideológica” de parte de la oposición. La defensa de los funcionarios macristas. 
 Nosotros planteamos que ningún contenido puede estar definido por una persona, sino que tiene que estar debatido, porque creemos que debe haber amplitud, generarse el pensamiento crítico en los chicos y no bajar una línea ideológica.” Así respondió el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, ante las denuncias de “censura ideológica”, por parte de los docentes respecto de la suspensión de la salida de los manuales para las escuelas porteñas, con motivo del Bicentenario. Los volúmenes se lograron con la colaboración de reconocidas instituciones, entre las que se destacan el Museo Histórico Nacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), entre otros. Los trabajadores de la educación, junto con legisladores opositores, concentraron el viernes 26 frente a la Jefatura de Gobierno, para reclamar “la enseñanza recupere el papel histórico de los trabajadores y las clases populares, de sus luchas y tradiciones políticas y culturales, en la formación de sujetos críticos y socialmente comprometidos”, a través de “la inmediata publicación y distribución a las escuelas públicas de la Ciudad de los Materiales del Bicentenario”. Luego de estos argumentos, Bullrich adoptó una medida sofisticada: subió los manuales en formato PDF a su sitio de internet. 
Antes de comenzar la gestión, y en base a un diagnóstico elaborado y presentado en varias ocasiones por sus equipos en la campaña, el Gobierno de Macri logró, en noviembre de 2007, la sanción de la ley de Emergencia de la Infraestructura de los Establecimientos Educativos de Gestión Estatal, que tenía como objetivo la refacción de los edificios escolares para el comienzo del ciclo lectivo 2008. Según el Centro de Estudios Porteños (CEP) del senador por el Frente para la Victoria (FpV) Daniel Filmus, la aprobación de esa ley “implicó un aumento en sus facultades y el presupuesto en infraestructura escolar, sin que en absoluto haya redundado en un mejor estado de las escuelas”, ya que finalizando el año lectivo 2008 aún no se había “dado respuesta a las situaciones de mayor gravedad de las escuelas, especialmente en lo referido a problemas de calefacción o falta de gas”.
A fines de 2008, cuando se cumplía un año de gestión del macrismo en la Ciudad, se presentó el presupuesto para 2009, con un gasto educativo que disminuía en un 2 por ciento el presupuesto total y aumentaba un 21 por ciento los fondos de transferencia al sector privado. También hubo una disminución de los fondos destinados a infraestructura, de 307 a 253 millones de pesos, pese a que en el 2008 hubo una importante subejecución, y sólo se gastó el 20 por ciento de lo que se disponía para construcciones y refacciones. El CEP explica que en el presupuesto presentado para el 2010 se verifica una disminución de la asignación para infraestructura escolar, esto es, las refacciones, instalaciones eléctricas, de gas, así como la construcción de nuevos edificios escolares.
“Macri no está preocupado por el funcionamiento del sistema educativo, sino por cómo desguazarlo para transformarlo en un sistema educativo privado, por eso nombra a funcionarios que no son especialistas en el área”, afirma el secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel. A excepción del ex ministro de Educación Mariano Narodowski  –que tuvo que renunciar a fines de 2009 por el escándalo de las escuchas ilegales y la contratación de Ciro James–, los siguientes profesionales que accedieron al cargo poco tuvieron que ver con el área de educación: el fugaz e indeleble Abel Parentini Posse, abogado, escritor y embajador durante las dos últimas dictaduras, es autor de varias frases que no es menester del informe reproducir. Sí es de interés destacar la resolución
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que Posse refrendó –la cual evitó firmar Narodowski durante su gestión– en sus doce días como ministro, que anulaba 82 cursos de escuelas primarias estatales, “el equivalente a diez escuelas menos”, según la Unión de los Trabajadores de la Educación (UTE). El mismo Narodowski expone su visión sobre la resolución que legitimó el bueno de Abel: “En la zona norte de la Ciudad, y debido a que en los últimos quince años buena parte de la clase media abandonó la escuela pública, hay muchos grados que tienen muy pocos alumnos y es necesaria una reorganización. Pero creo que cualquier reordenamiento de esta situación no debe abarcar a la zona sur en ningún caso y debe ser efectuado en forma consensuada con los equipos docentes de las escuelas involucradas”. Finalmente, la jueza Alejandra Petrella suspendió el dictamen.
Luego de la renuncia de Parentini, Bullrich, Licenciado en Sistemas, que en su sitio oficial relata y se lisonjea: “Con 24 años me convertí en uno de los estudiantes más jóvenes de la Northwestern’s University Kellog School of Management y nuevamente lideré el Centro de Estudiantes. Al finalizar estos estudios, enseñé matemáticas en orfanatos en Nicaragua a través de la Fundación Padre Fabretto”. Mucho después de eso, Bullrich formó parte cuatro años de la Comisión de Educación del Congreso y presentó un proyecto de ley de Educación Nacional. Un informe de Nora Veiras publicado el mes pasado en Página 12 cuenta que el tiempo que el flamante ministro le dedicó a enseñar matemáticas en Nicaragua fueron dos meses. El mismo informe revela que una de las primeras medidas de su asunción fue poner al frente de la negociación con los docentes a Pablo Walter, un defensor del ex dictador de Tucumán, Antonio Bussi, que actualmente se encuentra con su salud un tanto deteriorada. Durante el conflicto de este año con los docentes, Bullrich explicó que no iba a poder otorgar el aumento del 23,4 por ciento, porque había otros gastos, “como la policía”, pero finalmente, y a pesar de que no tenían previstos incrementos salariales –tal como admitieron desde el macrismo– la mejora fue del 23,3 por ciento.
Narodowski no cuestiona las designaciones porque “son decisiones del jefe de Gobierno”. Sin embargo, reconoce que “los sistemas educativos son entidades cada vez más complejas, que requieren equipos políticos cada vez más preparados desde la experiencia técnica”. Por su parte, Baradel analiza cómo entender las políticas del macrismo en la cartera educativa: “Mauricio Macri no tiene la menor idea de lo que es el sistema educativo y tiene una concepción más ligada al funcionamiento de una empresa que de lo público, entendiendo ‘público’ como bien de todos”.
Así en la educación como en la cultura
Si algo distinguió a muchos de los funcionarios del Gabinete de Mauricio Macri durante estos dos años de gestión, fueron sus declaraciones desafortunadas en momentos inapropiados: a la enciclopedia con la que se despachó Abel Posse, más el pedido de amnistía para los militares de Diego Guelar, se le suman los dichos del frustrado primer ministro de Cultura del PRO, el (hasta ese momento) inédito Luis Hernán Rodríguez Felder, que llegó a ningunear a León Ferrari -“no me interesa”, aseguró antes de su fallida asunción- y a condenar a las vanguardias artistas, de las cuales aseguró: “Las sostiene el capitalismo”. El único pergamino de Felder en el ámbito de la cultura era ser el creador de una editorial comercial, la Imaginador, dedicada a libros de cocina, infantiles, libros de maquillaje, alguna que otra antología de cuentos. Tampoco faltan las publicaciones de su dueño y de sus dos hijas, ambas gerentas de la firma. Excepto por los varios millones de libros de ese tipo que vendió, Rodríguez Felder no exhibía ninguna aptitud para administrar la cultura –lo que no lo hace culpable de nada, mas sí al jefe de Gobierno porteño, algo improvisado en sus nombramientos.
El informe que publicó el CEP, sobre los dos años del macrismo en la Ciudad, expone que en el inicio de la gestión hubo un importante recorte en el presupuesto del Programa Talleres Culturales en los Barrios. En aquel momento se había decidido el cierre de 500 talleres a lo largo de toda la Capital. Las protestas que esta medida ocasionó lograron revertir parcialmente la situación, pero no se corrigieron los sueldos magros, y los regímenes de contratación continuaron siendo precarios. Consultado por Miradas al Sur sobre este tema, el actual ministro de Cultura, Hernán Lombardi, explicó que “los talleres no dependen ni dependieron nunca del Gobierno de la Ciudad”. 
El 18 de diciembre, el gobierno de Mauricio Macri designó a Nelly Arrieta de Blaquier como embajadora cultural de la Ciudad, algo que generó malestar en varios sectores del progresismo de Capital. El legislador del Encuentro Popular para la Victoria Francisco Tito Nenna fue uno de los que más disconformidad mostró: “Obliga esta distinción que realizó el gobierno porteño a reflexionar sobre los valores que puede transmitir hacia el mundo una embajadora que encabeza una fábrica bañada en sangre”. La señora de Blaquier es dueña de la empresa Ledesma, la cual –agrega Nenna- “no solamente apoyó el genocidio durante la última dictadura militar, sino que fue partícipe prestando sus instalaciones, entregando listas negras y sustentando económicamente el terrorismo de Estado”. Por su parte, Lombardi minimizó las denuncias del legislador y planteó: “Nelly Arrieta de Blaquier es una personalidad que se ha destacado en sus aportes básicamente filantrópicos relacionado a la cultura. No se me escapa que ha habido críticas a esta situación, pero me parece que su aporte a la cultura porteña es tan significativo que merecía el ofrecimiento que le hicimos”. Es importante destacar que Arrieta de Blaquier es la primera persona en la historia local honrada con ese nombramiento.
“En Cultura no hay trabajo en toda la Ciudad de Buenos Aires, entendiendo ‘trabajo’ como el rescate por la identidad de los ciudadanos de la Capital Federal. Hay iniciativas que vienen desde otros colegas y el Gobierno de Mauricio Macri no las puede detener, porque vienen de un trabajo cultural y comunitario muy fuerte”, juzga Baradel. Uno de los puntos más problemáticos de estos dos años teñidos de amarillo es el conflicto con los centros culturales: el informe del CEP explica que se consolidó un proceso de judicialización de la actividad cultural de los sectores populares, que desarrollan propuestas artísticas en centros barriales sobre los que pesan allanamientos sin órdenes previas, y amenazas de causas y desalojos esgrimiendo el Código Contravencional. Ante la pregunta de este diario, Lombardi se exculpó: “¿Pero por qué vos decís que las críticas van en aumento? La inscripción hoy –que todavía no se cerró-, con respecto al año pasado creció un 13 por ciento”.
Sin embargo, hay varios casos que contrastan con las declaraciones de los funcionarios macristas: el centro cultural Vecinos de San Cristóbal 19 de Diciembre, ubicado en un lote de la ciudad, bajo la Autopista 25 de Mayo, se encuentra al borde de perder su espacio, ya que a fines de enero de este año, Macri vetó la ley 3348 -impulsada por el legislador Juan Cabandié-, que otorga a la multisectorial “el permiso de uso precario y gratuito” del inmueble y la tenencia de la casa por 20 años, sin necesidad de renovarla cada dos. Daniela Paredes, una de las fundadoras del centro, explica: “Hay un proyecto de ley vetado y un convenio vencido, pero no tenemos una orden de desalojo”. “El veto puede ser revertido si se produce el 51 por ciento de aprobación de los legisladores, pero para que se dé, se necesitan seis votos del oficialismo, lo cual dificulta bastante el panorama. La otra salida es presentar un amparo para que el Poder Judicial nos proteja. La última vía –concluye Paredes– es la línea de acción: instalar el tema en los medios, que se difunda. A mediados de marzo vamos a hacer un festival en los barrios para sumar apoyo político y lograr adhesión.”
El mainstream del macrismo continúa este año: el presupuesto asignado a Cultura será menor que el de 2009. Según un informe del legislador de Igualdad Social Martín Hourest, la administración sobreestima la recaudación actual para no sincerar un ajuste fiscal el año próximo. En Cultura, la pérdida alcanza al 13,7 por ciento. “Los números (del informe de Hourest) no son correctos. Estamos casi en el tres por ciento, que es lo que recomienda la Unesco para los presupuestos de las ciudades en el mundo. Si sumás el presupuesto del Colón, es superior al de 2009 y son los números que aprobó la Legislatura”, sostiene Lombardi. Y amplía: “Reabrimos el anfiteatro de Parque Centenario y vamos a hacer lo mismo con una parte importante del Mamba sobre fin de este año”. Las declaraciones del ministro difieren con el informe del CEP, el cual determina que en el listado de inversiones de infraestructura del área que están paralizadas, se incluyen las salas del Complejo Teatral, el Centro Cultural San Martín, la Usina de la Música, el Museo del Cine y el Mamba. “Un hecho muy positivo es que reabrimos el anfiteatro de parque centenario y que está prevista la reapertura de una parte importante del Mamba sobre fin de este año”, completó Lombardi.
“En el tránsito que viene, todos serán puestos a prueba y quizás algunos sean superados por las circunstancias de la indispensable renovación. Nada de lo que suceda de bueno, sin embargo, será posible sin este paso (…). Por eso, en esta hora de final y de principio el mejor augurio: que el honor y la alegría no los abandonen nunca más. Será justicia”.
http://www.elargentino.com/nota-84765-medios-123-Macri-sigue-(des)haciendo-escuela.html

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