“Todo lo que no hace la Ciudad es porque no se gestiona” Por Oscar Muñoz

El subsecretario de Obras Públicas de la Nación analiza con visión sumamente crítica la administración macrista en un área que conoce bien. Entre 1999 y 2003 ocupó el mismo cargo en la Ciudad y le apunta a la “ineptitud” actual.
En su oficina del Palacio de Hacienda, donde desempeña actualmente el cargo de subsecretario de Obras Públicas de la Nación, Abel Fatala no relega su interés –ni la experiencia adquirida– en el área de infraestructura porteña.
De ahí que dispare sin anestesia que le “da mucha pena que la Ciudad esté gobernada por Macri”, despegando el malestar del reciente y explosivo affaire de las escuchas telefónicas, y profundizando en los temas de su conocimiento, que según evalúa, revelan “ineptitud” y “falta de inventiva” por parte de la actual administración.
Y suma propuestas, compiladas en Buenos Aires 2010- 2020, edición corregida y aumentada, con vistas a la construcción de “la ciudad del futuro” y “empujado por la idea de promover el debate en la próxima Feria del Libro”. ECÓLOGO CON GESTIÓN. Ingeniero industrial y ecólogo urbano, fue diputado de la primera Legislatura de la Ciudad, secretario de Obras y Servicios Públicos porteño entre 1999 y 2003. También se desempeñó como coordinador de Saneamiento Hídrico del Área Metropolitana BA y director de AySA. Preside Red por Buenos Aires.

–¿Cuáles son las críticas que le hace al Gobierno porteño?

–Para nuestra sorpresa, hemos visto la paralización de obras que ni siquiera fueron interrumpidas en los momentos de mayor tensión social, porque frenar ciertos emprendimientos es más costoso que continuarlas, como en el caso de la extensión de las líneas de subterráneos. No tiene justificación porque la Ciudad de Buenos Aires recibe un fondo específico de 200 millones de pesos, que se recauda de los contribuciones de los vecinos . Dicho fondo no puede tener otra aplicación que la extensión, ni siquiera el mantenimiento de las línea existentes. Habría que preguntarle al Ministerio de Hacienda qué se hace con esos ingresos que no se invierten en lo que se debería.

–El Gobierno porteño se ha quejado repetidamente de que la Nación le ha recortado presupuestos. ¿Se puede gobernar una ciudad como Buenos Aires enfrentado al Gobierno nacional?

–Sabiendo gobernar, se puede. Partamos de la base de que la Ciudad tiene un presupuesto sustentable. Creo que Macri ha hecho una escuela del llanto, hay una sobreactuación ahí de descargar culpas. Todo lo que no se hace en la Ciudad es porque su gobierno no gestiona. El 80% de los recursos con que cuenta son generados por la economía porteña, de los cuales los más importantes provienen de los bancos y el hipermercadismo. Recursos puros de la Ciudad. En el caso de las obras de infraestructura comunitaria, percibimos una falta de inventiva en una ciudad tan rica. ¿Qué deberían reclamar otras provincias, que dependen de la coparticipación? Incluso en las obras estructurales, sólo se está haciendo lo que estaba proyectado desde el 2000.

–¿Cuánto hay de improvisación y de desbordes naturales en las cíclicas inundaciones que sufre Buenos Aires cada vez que llueve?

–El nivel de improvisación es muy grande. Han quedado sin efecto las discusiones sobre obras complementarias, como la construcción del lago Pacífico y un reservorio cubierto debajo de la cancha de Atlanta, que estaban inmersas en el concepto de cambio climático. Incluso se eliminaron las cuadrillas de intervención inmediata, suponiendo tal vez que encubrían gastos innecesarios cuando cumplían una función en una emergencia como las que se plantean en los casos de inundaciones. Cuando las obras se ejecutan bien, cumplen su cometido: el arroyo Vega está funcionando y no se han generado nuevos problemas.

–Dos temas coyunturales que afronta de manera conflictiva la Ciudad son la generación de basura y el tránsito vehicular...

–Es necesario implementar el plan de Basura 0, que ha propuesto desde su liderazgo ambiental Greenpeace. Producir basura de manera sustentable como parte de un ciclo económico. Educar a la sociedad en hábitos para un sistema de recolección de residuos. La peor educación es la que no se imparte. En cambio, hemos visto una campaña como “Buenos Aires, juego limpio” que fue tan confusa, que no se entendía si era la publicidad de una olimpíada. Lo peor que puede hacerse en un tema como éste, es considerar a la basura como un juego. Por el contrario, la basura tiene un valor económico. Respecto del tránsito, hemos visto una extensión del sistema de parquímetros y una cesión a la presión para el aumento de las grúas, que es una ganancia fabulosa para las empresas. A mí, la verdad, me duele que Macri gobierne la ciudad.
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